Un espejo quebrado en las manos es la única manera de sentir que se ve de la forma correcta. Querer de a poco, querer tanto y tan poco. Suficientes palabras son excesivas si se trata de decir la verdad. Mañana quiero sentirte cerca. Así el viento se encargará de llevarnos hasta la vereda más perfecta en que podamos decirnos te quiero. La calle más helada, donde el pálido de las mejillas se convierta en el complemente perfecto para la escena romántica del siglo XXI.
Ayer, ayer fueron cuarenta y cinco las veces, mañana probablemente serán cincuenta. Quiero que disminuyan, pero cuesta, por la cresta que cuesta.
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