domingo

los anillos de saturno

son las 3:05 de la mañana. estoy en el netbook "rosado" de mi mamá y no me acostumbro a él. me siento una elle woods cualquiera, escribiendo sobre teclas blanquitas que suenan bacan.

son esas tonteras que cruzan la cabeza, como las canciones, los pensamientos de princesa disney y la inevitable sensación de que tienes que escribir algo para que nunca se te vaya a olvidar lo que sentiste en ese mismo momento en que otros sentían tantas otras cosas raras y kabooom colapso mental

la cosa es que estoy chata. si, increiblemente chata. tan chata que no quiero usar ni mnayusculas, ni tildes.

tampoco usaría comas pero la verdad es que me encanta hacer un abuso de ellas.

hoy me desperté y pensé en procesal. así las cosas como diría mi querido profesor podría decirse que estoy realmente cagada. el otro día soñé con el exámen de civil y siento que ya es mucho, sin embargo no puedo evitarlo. son de esas cosas inherentes al ser mismo que vienen contigo desde que te concebieron y que quizás estarán contigo hasta el último día en que tengas los ojos abiertos.

y pensar que me dí todas esas vueltas para decir que hoy ha sido un día lleno de excepciones y de incidentes. y que esas palabras que en historias sonarían tan adecuadas hoy se convierten en calvarios sonantes y consonantes.

me desperté y salté de la cama cómo un canguro, miré a todos lados en busca de mis resumenes y me vine como monguita a leer (la desesperación). y aqui he estado. son las 3:11 y me doy un descanso de esos extremadamente necesarios cuando ya da lo mismo si te quedan 5, 10, 15 o 5000000 páginas, porque a estas alturas leer una, dos o tres más se ve igual de díficil.
y quieres dormir, dormir a una hora decente, ver las noticias, ver el tiempo, ver lo que sea pero verlo y no leerlo.

y el día se va, otro día en que nada se hizo mas que leer y tener el trasero instalado en una silla muy poco cómoda. y comer galletas, y sentir que los destacadores son tantos y las hojas son tantas, y las palabras marean cada vez que las vuelves a leer, y los incidentes, y blablabla los incidentes, ordinarios especiales, excepciones de la excepción y colapso cerebral.

hoy he hecho eso, ayer hice eso, mañana hare ESTO. y será así, luego llegará la prueba y será un día feo, y saldré y diré que me fue mal y llegaré a mi casa, y en la micro me prometeré que dormiré hasta que la cama se hunda en el más profundo de los abismos con mi peso, pero no lo haré. y sufrire en vano por una prueba para la que faltan días, y creeré que en el fondo eso me da fuerzas.

y otro día se va (y lo peor es que otra noche también). mis papás están de vacaciones y salen y yo quiero ir con ellos y reirme, y pelear como corresponde a una familia bien estructurada pero no puedo, "porque tengo prueba". y mis amigas están de vacaciones y yo quiero llamar a tanta gente, y juntarme a conversar con tanta gente, pero no puedo "porque tengo prueba". y quisiera estar en una plaza escondida de santiago escuchando canciones tristonas y escribiendo cosas en mi cuaderno pero no puedo "porque tengo prueba" y lo peor de todo (y eso que tengo conciencia) es que no me hago el tiempo. porque exagero

y así se fue este sábado. y se han ido como 5 en el último tiempo. lo peor es que han sido seguidos entonces no han dado ni oportunidad de respirar. y la existencia se traduce en despertar, alegar, ducharse, alegar, salir de la casa, alegar, tomar la micro y sentirte sobrepasada por la gente, y caminar hacia el metro y alegar en tu fuero interno (y pensar que la expresión fuero interno es tan cuatica) y subirte a ese vagón que ya a las 11 o 12 de la mañana no va lleno, y alegar, y querer pasar lo más rápido el semaforo y llegar a la u, sonreir ocasionalmente, reirte quizás de cuantas tonteras y caminar, tomar un capuccino vainilla y la rutina de sentir que ya ni siquiera es tan rico, y volver a saludar al mismo tío de la biblioteca, y buscar formas absurdas de que los días no sean iguales tratanto por lo menos de variar la combinación de los aros con los chalecos o los calcetines.

pero sentir que es en vano.

y preguntarse si tiene sentido, esperar que lo tenga, realmente desear que lo tenga.
y volver a tu casa, derrotada, sonriendo, caminando, existiendo, sintiendo una mezcla tan extraña en los pulmones, un agotamiento que no se traduce necesariamente en sueño sino que en la falta de palabras, de aromas en el pelo, de canciones nuevas, de sonrisas transparentes o de anecdotas de las que acordarse en el futuro.

y luego reventar, mirar el reloj y decir "son las 3:26" y pensar que ya está dentro de tí.

3 comentarios:

P dijo...

Que terrible sentir que las palabras lentamente se convierten en nuestras enemigas, y que leer ya deja de ser rico porque esas letras esas frases no conforman cosas maravillosas sino pura shit.
Suerte y fuerza corazón.

Alejandra dijo...

Uff, recuerdo esa sensacion.. a mi me pasaba que estaba tan histerica/culpable por que tenia prueba y no habia ido a clases ni tenia cuaderno.. que practicamente me congelaba, no estudiaba pero no hacia nada mas.. lo que aumentaba mi culpa y me hacia estudiar menos... espantoso =(

Caro dijo...

Fuerza y ánimo!
Todos los sacrificios darán frutos algún día. A veces es mejor no pensar tanto las cosas (yo me hago la loca pero siento lo mismo que tú) y dejarse llevar.