domingo

Me carga (go). A veces, últimamente muy seguido, me dan ganas de llorar. Las lagrimitas saladas (parece que es así) se van juntando ahí, en esa parte que está entre mis ojos redondos de china y los cachetes inflados, y se quedan juntitas, esperando que venga otra y otra, para atreverse a caer. Caer en un tobogán absolutamente absurdo que se ha hecho demasiado transitado. Antes, cuando todavía era fuerte, tenía tanto miedo de que esas lágrimas cayeran que no las dejaba salir. Tenía terror de ser, de no ser, de mostrarme débil. Hoy en día no me queda otra, evidentemente lo soy. Tengo menos miedo de llorar, quizás la idea de que las circunstancias lo son todo realmente es verdad. No se trata de normalidad, digamos que esa palabra no tiene mucho espacio dentro de mi, se trata de sentir, de no poder evitar ciertas cosas que duelen, que queman, que pesan, que marcan, que no dejan dormir o que hacen dormir demasiado. Las canciones ya no son simplemente para escucharlas, ahora son para ocultar, Trátame suavemente se convierte en una súplica bastante ridícula de no seguir embarrándola, cuando antes era un simple recuerdo de esa película que comienza con del Cruz Coke saliendo del metro, y ese golpecito constante de Encontrar choca contra el pecho. No quiero culpar a nadie, la culpa me sale por los poros. Y veo esas hojas, miles de hojas, con una letra que no reconozco y definiciones que me llegan a poner nerviosa, y trato de ser mejor, de verdad que trato, pero las canciones no me dejan concentrarme. “Eso” aprieta demasiado mi estómago, me hace pensar en exceso, me convierte en alguien que en el fondo supongo que siempre fui. Ya no se trata simplemente de no dormir, se trata de convertir todo en un camino hacia el vacío, en planear las cosas constantemente para que estén acordes al objetivo final. En caminar pensando en cómo si y cómo no, en mentir, si mentir. Andrés Valdivia dice “te perdiste en un momento, te escondiste en un lugar”. Y yo lo aplico a lo que me pasa, y me siento tan tan tan segura de ese momento y ese lugar, y me duele pensar que a pesar de todo eso, soy tan incapaz de enfrentarlo. “Que un rayo te despierte, que te haga reaccionar”, y yo sé que tratas de ser ese rayo, que en el fondo si pudieras me pegarías, que la estoy cagando hasta el fondo (porque de eso si estoy consciente), y por eso después me siento culpable de decirte que me da pena, que me duele, que necesito sentir que no está del todo mal, y de pedirte perdón. Perdón de nuevo (y de nuevo). Y probablemente mañana, o pasado mañana, cuando vuelvas a decírmelo, te volveré a mentir, porque si se trata de eso, últimamente me he hecho una experta. De todas formas prometo nunca más marcar esos números cuando esté llorando. Ahora yo sólo quiero la soledad, aunque duela y sea un poco angustiante, así voy a poder concentrarme, equivocarme, ser sin herir, comentar sin mentir, llorar sin evitar hacerlo obvio, llorar sin que las lágrimas salten por el teléfono, ser sin ocultarlo, alejarme sin que nadie lo cuestione (porque en el fondo nadie lo entiende), gritar sin que nadie se sienta ofendido, automandarme a la cresta, escuchar todo el reggeton que se me ocurra sin tener que ocultarlo, convencerme de que cambie pero que es lo que yo elegí, extrañar sin negar que en el fondo si me duele, algo se queda en el aire y nos ha interpretado.. tal vez las pequeñas palabras de un libro cerrado. Ya no quiero más libros, ni fotocopias, ni clips de colores, ni destacadotes amarillos en mi estuche, no quiero hojas mal corcheteadas, ni cuadernos en Word con letra arial 10, no quiero repetir que no me quedan impresiones, no quiero que nuevamente me digan que no salgo de ahí, no quiero que me juzguen, si al final y bien en el fondo, creo que es lo mejor. Igual gracias a los 2 (aunque evidentemente esto se convierte en inexistencia para uno).


Se acaba el blog.
Al menos hasta tener algo positivo para decirle al mundo.



Punto final.

3 comentarios:

Alejandra dijo...

¿y porque tienen que ser cosas positivas?
Uno escribe lo que le nace no?

Cuando ando en epoca llorona, busco excusas... la de ahora es ver ese programa del cable "Extreme makeover" donde le arreglan la casa a gente pobre y buena que sufrio alguna desgracia. Me pongo a ver ese programa y me lo lloro todo, diciendo(me) que lloro por lo felices que estan con su casita nueva, lo buena gente que son.. etc, y en el fondo aprovecho de llorar por todo lo que tengo dentro.

Shin dijo...

soñe anoche contigo y venia a ver como estabas. Y por lo que veo necesitamos un helado urgente y una plaza de la constitución llena de perros para hablar y quizas llorar.
Quizás las dos lo necesitamos.
Estoy disponible siempre para ti. Cuando sientas la necesidad, de verdad háblame, siempre estoy.

Te quiero mucho

Y aunque digas q lo mejor es estar sola, muy por dentro sabes que no es así. Que hay una necesidad de querer estar sola y no lograrlo, porque el ruido que tienes dentro, no se calla nunca, siempre está.

:( yo lo siento asi, tontona.

loviote.

markín dijo...

sentirse bien y mal, son opciones. Más allá de que se digan fácilmente, debemos procurar rescatar y resaltar los bueno. Lo malo dejarlo pasar.

Es tan necesario el dolor para sentirnos vivos. NO te sientas sola en tus penas, no te sientas ùnica con esos pesares. Siente siemprew que todos, hasta el màs fuerte pasa por ello.

Leera y llegarà a ti, quienes deban llegar.

Estàn con nostros, los justos y necesarios, ni màs, ni menos.

Cariños a ti.

Marco.