sábado

Charquican sin cochayuyo

Buenas tardes..

Acá estamos de vuelta.. no en gloria y majestad como le decía ayer a Anarko, pero si de vuelta por lo menos. En uno de esos ratos libres que uno no tiene, pero se los impone, me puse a transcribir algo escrito durante el verano, cuando aún no era parte de la futura masa leguleya del país y no había perdido la poca y nada masa creativa que habitaba en mi mente.. Pero acá estamos si o si, no se puede abandonar el blog jamás.. claro claro =D

Les quería contar antes de dejarlos con lo charquican de la vida, que estuve viendo una película realmente buena. Seguramente la escucharon por ahí últimamente. Se llama La Ciencia del Sueño y yo se las recomendaría si o si. Es realmente excelente y deja con una sensación en la guatita de esas que uno siente cuando leyo algún libro chori, escucho alguna canción bonita o vio alguna película realmente buena. Así que la imagen de hoy sería para esta película de la que no hablaré más que esto, pero que insisto deberían ver..


Abrazos a todos =)










Ahora se viene esto otro.. Si quiere, lea.. si no, puede irse por donde mismo


El Sebastián estaba medio chiflado y yo solía reírme mucho de él haciéndole creer que me reía con él. Pero a pesar de su locura hacía que las tardes de pasaran rápido y cuando llegaban las noches no me aburría si me estaba contando todas las tonteras que pensaba y que se le ocurrían durante el día.

Me repetía muchas veces que éramos de esa clase de amigos que están condenados a terminar enamorados algún vez pero que para eso faltaba mucho. Entonces riéndose comentaba que por mientras me preocupará de pasarlo bien porque cuando sintiera algo por él ya no se me iba a pasar. Y yo le decía era un soberano hueón. Que esas cosas no se hablan y que dudaba mucho que alguna vez pasara porque él era el mejor de los amigos pero el peor de los pololos.

Cada día miércoles por la noche el Sebastián me llamaba por teléfono y cantábamos canciones de Los Beatles cuando nos aburríamos de conversar. Siempre las mismas y con el mismo orden. Terminábamos por común acuerdo a la 1 de la mañana tarareando Mrs. Robinsón en honor a su película favorita Las Vírgenes Suicidas. Ahí nos cortábamos el teléfono sin despedirnos porque según él eso era de mala suerte y para nosotros siempre iba a haber un hasta más rato.

Mi papá decía que el Seba era un cabro bien inteligente y me preguntaba que porque todavía no estábamos pololeando. Pero yo ya no le daba explicaciones de las cosas que el no iba a poder entender. Mi mamá en cambio no lo soportaba. Ese niño es medio volado. Tania, es mejor que no le sigas tanto las tonteras que se le ocurren pronunciaba a veces bastante molesta cuando él se iba. Para mi hermana, el Seba no era ni inteligente ni volado, si no que simplemente era un artista, lo que para mi mamá era un simple sinónimo.

Los viernes en la noche el jamás se ponía ropa azul ni tampoco dejaba que yo me la pusiera. Decía que esos eran días solo para los colores de la tierra y no para los del agua. Que no fuera tonta, que el azul es para otros días. Y no tomábamos coca cola ni fumábamos con los demás. Sólo nos aceptábamos hacer lo que los otros hacían cuando estábamos los dos tirados en el suelo de algún parque y mojándonos la espalda con la humedad del pasto, ahí nos tomábamos dos botellas completas de bebida de medio litro y nos fumábamos dos cigarros cada uno tras un intervalo de media hora. Él encendía el mío y yo el de él.

Los sábados el Seba decía que era el único día en que se podía andar sin zapatillas y por consecuencia sin calcetines. Me contaba siempre que cuando nos fuéramos a vivir juntos y tuviéramos nuestra propia plata compraríamos un par de calcetines cada vez que saliéramos a dar una vuelta. Y yo siguiéndole el juego le preguntaba que donde íbamos a meter tantos pares de calcetines sin usar y él me decía que los íbamos a ir dejando debajo de la cama porque así nunca íbamos a saber cual nos pondríamos al día siguiente. Y yo le respondía que era un tonto de los peores mientras que él me contestaba que todo era verdad y que así iba a pasar aunque yo ahora no lo quisiera reconocer. Entonces de repente me enojaba y le decía que como podía hablar tantas tonteras y me contestaba que de la misma manera en que yo podía escucharlas él podía hablarlas.

Los domingos jamás conversábamos ni nos veíamos para darnos un respiro. Según él ese día era para dormir toda la tarde y de vez en cuando escuchar entero un Cd o leerse la mitad de un libro. El domingo se tenía que tomar té en la casa y no se debía salir. Yo por costumbre le hacía caso. Me leía algún libro mientras escuchaba un cd de los más antiguos. De esos que acostumbrábamos a comprar a dos mil pesos en las ofertas de los lunes, que era el único día en que salíamos a caminar por las calles cercanas a la U durante la hora de almuerzo. Y nos reíamos de los nombres de los negocios y de las caras de las personas- Salíamos a comentar lo chistoso que era no tener nada que hacer cuando los demás hacían todo. Y nos comprábamos chicles dos en uno en un negocio bien pobre para ayudar a una señora que nos caía bien, a veces quince o a veces veinte. “Para toda la semana”. Pero yo con él me había vuelto una adicta a los chicles y los que nos comprábamos sólo me duraban uno o dos días.

Los martes siempre nos separábamos temprano, porque el se tenía que ir a ayudar a su papá y yo no tenía nada más que hacer. Solíamos despedirnos con un beso en la mejilla izquierda, un abrazo que duraba cinco segundos y una caricia de él en mi cabeza que muchas veces iba acompañada de una sonrisa. Antes de irse me pedía que al llegar a mi casa escuchara alguna canción realmente rara, generalmente de algún grupo que nadie, pero nadie, conocía y de algún año anterior a los años 90’. Probablemente de un grupo ingles con melodía lenta y voces suavecitas. Y yo me iba sentada en la micro siempre al lado izquierdo y en el asiento que daba a la ventana. Y todos los martes le compraba una caluga a la misma señora y la guardaba en el bolsillo de afuera para pasársela al día siguiente apenas lo viera. Y cuando llegaba a mi casa buscaba la canción en Internet. La escuchaba unas cinco veces para saborearla lo suficiente como él decía y poder comentarla al día siguiente.

Y no podía parar de sonreír y de sentir que lo tenía siempre a mi lado. Y no me sacaba las zapatillas porque sólo los sábados se anda sin ellas, y mordía un chicle dos en uno mientras miraba el techo. Y todos los martes llegaba a la conclusión de que el Seba esta loco, pero más loca estaba yo por juntarme con él.

18 comentarios:

DupiN dijo...

vamos por parte, lo primero no abandone su blog.

segundo ese pelicula es muuuuuy wena, vivir un sueño es notable.

tercero su texto es como siempre, aunque esta simpaticon.

grax por el post y le deje una respuesta

bueno se cuida
un beso
y que este bien

pd: si son poseras mis fotos
pd2:postea y sereis posteado

DupiN dijo...

por cierto primero y segundo

Humberto dijo...

Cuáto tiempo sin venir, no quiero ni contar los días que no me aparecía por estos lares.
Simplemente, aunque a veces pienso que es demasiado para leer, termino leyendo igual, y dándome las gracias por haberlo hecho, y pensando en que con todo lo que escribes... me dejas pensando en cada cosa extraña jaja.
En fin. Concuerdo contigo... más loco el que sigue al loco, que el loco mismo.

Besos sin tiempo.

frodita dijo...

siempre pareciera que es mucho.. pero al final es poquito o nada =)

Señor Invisible Mudo dijo...

me encantó la historia.
me encantó la pelicula.

me gusta como te sales de ti misma para hacer tus historias (no se hasta que punto pudieran parecerse tu y Tania, pero por lo menos no se nota a primera vista(conocida, encontrada, etc.)). En las mías (que nunca han sido publicadas) siempre se nota que soy yo disfrazado (o esa es la impresion que me da).

Saludos.Mazel Tov

PS: no tenia idea que historia y pelicula tuvieran el mismo largo y la misma cantidad de letras

crafty.morning dijo...

me gusta el charquican sin cochayuyo... no, qué digo, si no me gusta el charquicán pero si el cochayuyo así solito, es tan.. cochayuyoso, chicloso, ñam =P
me gusta la historia y cómo la relatas, de hecho pillé algunos elementos que me identificaron hasta cierto punto =)

(los chicles rellenitos son más ricos xD)

ando mal
@_@
se me perdió la concentración

PS: no voy a borrar las cosas de mi blog
PS2: tralalaaaaa!!!

crafty.morning dijo...

ahora soy un link oficial =D

"No me pidan cordura.. mirenme cómo comento

Quítenme el teclado, no puedo parar de comentar!"

- por qué te comento tantas veces? :B
R: para evadir el estudio de la fascinante microeconomía
- por qué no estás en msn?
R: porque estás estudiando micro D:!!

ahhh!! MIEDO!!

The Alfonsus Lizarazu's Project dijo...

Locos nosotros por llegar hasta acá.

alma.verde:. dijo...

uhhhhh si yo siempre digo, las cosas mas bacanes de la vida son las mas sencillas y las más tontas para el resto de las personas...

:*

SALVADOR ANDRADE dijo...

Pocas mujeres escriben bien.

Alejandro Tapia dijo...

La paredes están en el suelo. Me alegro de que hayas derribado el "muro". Los chiflados son los que valen la pena.
salud!
NS

Marco Antonio dijo...

wow, = no+ aunq nunca me dijiste cuando transcribirias esto, me vengo a dar una vuelta y me encuentro con este fabuloso texto q escribiste, de verdad q esta bastante bueno (como suele pasar con todos tus escritos) y sobre la pelicula.....5mentarios xq no la he visto xD

cuidate mucho, nos tamos viendo en la U, y aguante FFC (Fuentealba Futbol Club), LA COSA HORROROSA!!!!

tau!

Sebastian dijo...

Esto esta me ha gustado. Muy interesantemente.Aunque me quedo una duda celestial.

pasate por mi blog si te entran cosquillas.

Unknown dijo...

Me pasa igual que a Humberto, en un principio me dio la sensación de que era demasiado, me molestó el fondo negro y letras blancas sobre él, me dio como lata... pero a medida que me puse a leer, la historia me atrapó, y me pareció tan tan cercana, que no me conviene hablar más de aquello, jaja...
Bonito como siempre, suerte en la U, nos leemos!

AKS dijo...

Bonito el cuento. Todo suena cercano como dijo la muñeca no-inflable de arriba. Es de esos textos que uno lee de corrido, sin pausa. Además el título del post es perfecto, porque el cochayuyo no me gusta.

Recomienda a Lila mejor. O a María Daniela y su sonido Lasser... Temazos! So seas egoista con tus lectores.

Saludos.

AKS dijo...

Donde dice "So" debería decir "No". Por su comprensión, muchas gracias.

varosh dijo...

NAda, paso por acá para promocionar un poco mi blog

La idea es que otros vean lo que escribes ¿o no?


tu entrada la leí tres veces, me identifica mucho la historia del "seba"

de verdad


aioz

Shin dijo...

yo quiero un amigo como el seba... y q algun dia seamos pololos y buenos amigos, un mino bien loco, bien volao y bien inteligente

sonará loco, pero creo q conozco a alguien asi

te quiero