jueves

No hay aire


Un pesado aire llenaba la habitación en que dormían Lorena y Martina. Aunque la única ventana de la pieza había permanecido completamente abierta durante toda la noche no circulaba por el dormitorio ni un poco de viento. La primera de ellas, Lorena estaba sumida en un sueño profundo. Su cuerpo, pegado al de su compañera, no habría soportado un poco más de calor. En cambio Martina, tenía los ojos completamente abiertos. Su mano cercana a la de su madre, tenía acumulada ya una humedad debida al sudor emanado por

la cercanía de sus personas. Aún así no quería separar los dedos de los de su progenitora. Era esa la única forma de mantenerse tranquila, la única manera en que se podría sentir segura. Sus dientes apretados, su

lengua inquieta y sus uñas de la mano derecha mordidas señalaban que una vez más estaba sufriendo un ataque.

No, no. Se repetía en su mente. Deseaba despertar a Lorena y pedirle que una vez más la abrazara. Quería que ella la envolviera en su cuerpo tibio y que la mantuviera allí. Pero su madre estaba muy lejos, solo las mantenía cerca la unión entre sus dedos.

Martina cedió al miedo y decidió moverse con cuidado. Se acercó al oído de Lorena y le dijo:

- ¿Mamá?

No recibió respuesta

-
¿Mamá?, dijo esta vez agitando el cuerpo de Lorena con sus manos

Lorena abrió los ojos y miró a su hija. Le acarició el rostro con delicadeza, la atravesó con la mirada y le indico que se acercara. Le cantó un poco, consciente de que Martina no estaba bien. Se levanto con tranquilidad y caminó hasta la cocina de su casa con los pies descalzos. Volvió con dos dulces de limón y tras sentarse en la cama, los desenvolvió y puso uno en la boca de su hija y
el otro, lo dejo sobre el velador. Se acomodó y acercó a la joven a su piel, la envolvió con sus brazos y tras cerrar los ojos se durmió nuevamente. Martina no cerró los ojos, no pudo. Saboreó el dulce con una extraña sensación de terror. Sintió el calor de su madre avanzando hacia su cuerpo, pero el miedo no la abandono. Escuchaba su respiración, sus latidos, su olor, su pelo sucio cerca de sus mejillas y sus pies helados encima de los suyos pero no se sentía atada a la realidad. Estaba asustada. Sus manos no dejaban de tiritar y de sudar. Estaba sintiendo su cuerpo cada vez más frío. Quería moverse pero no podía. Tenía miedo de perderlo de todo, de quedar absolutamente sola. De aferrarse a lo que podría atarla a lo real. Su respiración no funcionaba o al menos así lo sentía ella. El aire, tratando de entrar a sus pulmones se agolpaba en su esófago y no lograba calmarla para nada, si no que al contrario la ponía mas nerviosa. Sentía las lágrimas queriendo cobrar vida, pero si ni siquiera eso la hacía reaccionar. El calor le seguía golpeando la cara y tenía la boca seca. Aún así pudo articular unas palabras. Lentamente comenzó a pronunciar cerca de los oídos de su madre

- Estoy muerta

Luego cerró los ojos con pesar. Una lágrima cayó sobre las sabanas
y Martina dejo de tiritar. Su madre siguió descansando.



12 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué edad tienes Javierita, lo escribiste de una vez?, de quién es la imagen y estos personajes, me recordo a Gabriela M., un abrazo.

Voknahelio dijo...

bien,muy bueno está.

siguele, siguele que ganarás el concurso literario de Providencia.


me alegro de leerte, y mejorate pronto, usa remedios de abuelitas, si al final son transgeneracionales.

;)

Francisco dijo...

... a tu edad de noche se duerme...escribe de día veras el mundo de otro color
un besito

yass dijo...

chanfle esta re-bueno el cuento, bkn como escribes, totalmente impresionada, me gusto la onda.nunca pares de escribir q hacen falta valientes...

Anónimo dijo...

Como dijo Principita... amuchos nos gustaría tener tu talento... y empezamos por ella... yo me pongo dp en esa lista... em encanta como escribs y de verdad que el cuento me "llegó"... es súper cercano, sin necesidad de haber pasado por algo así... si no, porque te adentra de buena forma a la situación en sí... en resumen... me encantó lo que escribiste...

Cuidese niña... y siga así, que me enacnat leerla... disculpe lo ingrato que he estaod con su blog... pero ya me pondré al día...

Besos...

foton dijo...

Exelente cuento.
Muy bien escrito.
Si es tuyo en hora buena !!
Slaudos.

Anónimo dijo...

Siempre he envidiado la forma y el talento que tienes para escribir.
Y aunque digas que te gusta pedagogía, sigo pensando que serías mucho mejor como periodista. No dudo en que si eliges pedagogía vai a ser la más seca.. anyway... siempre te voy a apoyar y a querer y te iré a dejar a esa máguina rápida que se llama transantiago! :D
PS: te toca ayudarme tambien en q estudiar po! mira q el abanico es enorme!!!
te kero shanshuuli!
muaaaaaaaack

Anónimo dijo...

está muy lindo lo escrito... me gusta esa manera en que describes el contexto... umm... tienes un aire a Isabel Allende en ese sentido...

:D

Besos de Fresa ;D

mahatu dijo...

ojalá que no tengas aires de Isabel Allende. Sigue así no más

Anónimo dijo...

escribes muuuy lindo! *.*
me enganché tanto con tu cuento que quede deprimida despues de leerlo...jajajaja
otro, otro! :P

Anónimo dijo...

javi al fin pude entrar a tu pagina
esta muy bueno el guion.......que pena que me dejaron fuera pa actuar era lo unico que queria pero en fin lo hecho,hecho esta..

javi un beso y cuidese mucho adios

la genecita.......(^_^)......

Anónimo dijo...

javi al fin pude entrar a tu pagina
esta muy bueno el guion.......que pena que me dejaron fuera pa actuar era lo unico que queria pero en fin lo hecho,hecho esta..

javi un beso y cuidese mucho adios

la genecita.......(^_^)......